jueves, 11 de noviembre de 2010

El Colegio San Luis Gonzaga.

Bueno lo que mas me gusto del colegio son los nuevos equipos que llegaron a el colegio para reforsar nuestro aprendizaje y nuestro conocimiento sobre el área de informática en la que estamos avansando gracias a la buena   enseñanza que nos ha brindado  la profesora María Elena Oviedo.





Pero lo mas representativo o lo mejor del colegio es nuestro salón donde la convivencia es de lo mejor
todos nos llevamos muy bien.
Nuestro salón llego a la final de microfutbol lamentablemente no pudimos ganar pero lo que importa es que nos divertimos y la pasamos muy bien.

jueves, 4 de noviembre de 2010

La chica fantasma.

Leonor nació en La Plata, una verde y húmeda ciudad de la provincia de Buenos Aires, también conocida como la ciudad de los tilos. No se conoce bien la fecha de su nacimiento, pero se podría afirmar que desde mediados de la década del 60, ella se paseaba por las calles de la ciudad. Se dice que era hija de un marinero francés llegado al país en la época de la gran emigración. Algunos dicen, pero pocos son los que dan fe de este dato, que se llamaba Marcel Schwob y que la niña había nacido cerca del puerto Río Santiago. También los más viejos afirman que pasó su infancia en la ciudad de Berisso. Cuando se escuchan estas historias uno está dispuesto a pensar que los que las cuentan, conocieron a la joven cuando era muy niña. Pero en general, los datos que existen sobre ella no pasan de ser ambiguas versiones, chismes o rumores. Todos ellos difíciles de verificar porque cuando se trata de inquirir dónde, cuándo, en qué momento, el informante empieza a balbucear y termina reconociendo que no tiene ese dato muy en claro, que no puede recordar bien, dejándonos en tinieblas acerca de lo que queríamos saber.
Sin embargo, y a pesar de ese aparente misterio acerca de su origen, ha llegado hasta nosotros la memoria de algunas de sus costumbres las que la presentan como una criatura algo excéntrica. Le gustaba pasear entre árboles de tilo y naranjos, por eso era común que se la encontrara a lo largo de la calle 6, desde la calle 45 hasta la 49 o en cualquier otra que, como la 6, tuviera sus veredas cubiertas con naranjos y tilos. Algo del perfume de naranjos y tilos se había impregnado en su cuerpo o en sus ropas porque cuando se alejaba, dejando atrás esas calles, parecía llevar con ella su aroma.